Justo como se lo habían advertido, Adolfo tuvo que dibujar a un hombre. Le dibujó piso para que el test sicológico no diga que tiene problemas de estabilidad emocional. Lo dibujó con traje porque la vestimenta debía reflejar sus aspiraciones como trabajador. No dibujó muchos detalles en el rostro y en la vestimenta para que no lo tomen como maniático. A terminar, Adolfo se dio cuenta que el hombre dibujado en esa hoja de papel no tenía nada que ver con lo que él era. Dos semanas después, obtuvo el trabajo.
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