lunes, 25 de abril de 2011

Gólgota


El teléfono sonó a las 03:48 a.m. hora Perú. A él le costó reconocer su voz. No porque no lo haya hecho a la primera, sino porque era casi imposible que sea ella. No desde tan lejos. No después de tanto tiempo. Pensó tantas cosas pero dijo tanta estupidez que no se dio cuenta cuando la llamada se cortó. Una lanza atravesó su costado. Llovió el resto de la madrugada. Él pudo ver el amanecer aquel viernes santo. Se preguntó si ella había llamado a esa hora para poder oír su voz mientras amanecía o si había sido pura coincidencia.

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