lunes, 20 de junio de 2011

Lo que Escribo Cuando No Sé de Qué

Dos estornudos de la misma persona, nada de grillos ni cojudeces sacadas de la televisión gringa, cuatro cruces de pierna, catorce tragos de cerveza y tres cigarros recién encendidos. Hubiese sido ideal que alguna mesera rompa algunos platos o si tan sólo un rinoceronte rompiera la pared de ladrillos que tenía a su espalda y destruyera todo el lugar. A veintitrés segundos de la última carcajada, el comediante de stand up hizo lo que consideraba más denigrante en su negocio: empezó a mofarse del bloqueo creativo de un comediante.

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