viernes, 17 de junio de 2011

Frescura y Felicidad


El jardín era amplio y la puerta que conducía a él también. Tenía espacio suficiente para poder sacar todos los implementos para la nave espacial. Lo más difícil para Ricky y Tommy fue elegir los asientos para la cabina. La madre de Ricky aceptó usar dos sillones de la sala de juegos con tal de que sean devueltos a su sitio esa misma tarde. La cubierta estaba terminada, más plástico que metal para poder realizar maniobras. Casi olvidan la maceta con flores para un eventual encuentro con seres del espacio. A las cuatro y tres minutos, la madre de Ricky salió a buscarlos y no los encontró. Diez minutos después, la madre de Tommy llegó a buscarlo a la casa de su mejor amigo. Quería saber por qué había usado su tarjeta de crédito para comprar ocho mil botellas de dos litros de Coca Cola Light y novecientas cajas de Mentos.

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